Elsa Schiaparelli, la gran olvidada, nacida en el Palazzo Corsini en Roma en 1890, se crió entre los brazos de una familia adinerada. Elsa estudió filosofía y tras finalizar su carrera, publicó un libro de poemas eróticos que consiguió escandalizar, sobre todo, a sus familiares más cercanos. Años después, en 1914; tras ser abandonada por el conde Wilhelm de Wendt de Kerlor después de tener dos hijas con él, decide mudarse a París y recorrer los mercadillos en busca de obsequios que finalmente comercializará en los anticuarios.
Elsa Schiaparelli decide lanzar su marca en París en 1927. Caracterizada por crear prendas modernas y vanguardistas, inventó la falda-pantalón con intención de ser utilizada para el deporte femenino.
En los años 30 produjo el primer mono femenino, y tras la llegada de la II Guerra Mundial, House of Schiaparelli cerró su taller el 3 de diciembre de 1954.
A la diseñadora italiana no le hicieron ninguna gracia los cambios en los códigos de la moda y la industria. Como ya comentábamos, Elsa era una mujer que andaba a contracorriente. A pesar de poder haber aprovechado la situación del estilo imperante de la época, la italiana prefirió guiarse por lo artístico y no tanto por lo financiero. Únicamente continuó activa la parte de perfumería.
La boutique de Schiaparelli consiguió triunfar gracias a su trabajo basado en el Surrealismo. Empleando la mezcla de tejidos, cremalleras y botones. Añadió elementos a sus diseños que todavía no habían sido usados por ningún diseñador. Elsa contaba con la mente prodigiosa de artistas como Salvador Dalí, Jean Cocteau o Leonor Fini, los cuales agrandaron su imaginación artística aún más si cabe.
El estilo de sus diseños plasmaban el significado del «arte» y esto hizo que realizara distintas colaboraciones en ámbitos teatrales y cinematográficos como la realización del vestuario de Mae West en la película Everydays a Holiday en 1937 o Les Monstres Sacrés de Jean Cocteau en 1940.
Las creaciones futuristas de Elsa conseguían rozar la fama de la icónica Gabrielle Chanel, la cual definía a la italiana como “Esa artista italiana que diseña ropa”.
Mientras las creaciones de Gabrielle se basaban en el estilo más clásico, Schiaparelli conseguía llamar la atención del resto con sus diseños rompedores, los cuales solo ciertas mujeres se atrevían a utilizar. Y no exclusivamente fueron sus grandiosos diseños los que la hicieron triunfar, sino que también fue la primera diseñadora en convertir los desfiles de moda en espectáculos de moda.
En 1954, mientras Coco Chanel reemprende su firma, Schiaparelli decía adiós y dejaba atrás el mundo de la moda, ya que comenzó a predominar el estilo más sutil. Y una de las más grandes firmas como lo es Christian Dior comenzaba a resaltar.
Estando en París, la gran excéntrica Elsa muere con solamente 83 años de edad (1973). Cuatro años después, varios diseñadores reabrieron la firma de la diseñadora, la cual fue comprada por el CEO de Tod´s en el siglo XXI. La firma permaneció cerrada hasta 2012 cuando decidieron retomarla en el mismo lugar donde la italiana dejó la moda. En el Hotel de Fontpertuis.
Tras haber estado luchando tantísimos años por conseguir considerarse “Alta Costura”, la firma lo consiguió en 2017. Tres años después de su primera presentación de la colección de Alta Costura.
Los directores creativos de Schiaparelli han ido cambiando según el paso del tiempo. A día de hoy, y desde 2019; Daniel Roseberry está al cargo del puesto.
En 2021, la cantante y actriz Lady Gaga lució un Schiaparelli Haute Couture personalizado y diseñado por Daniel Roseberry para actuar en el acto de investidura de Joe Bide.
The National Anthem has never sounded better 🎵
— Biden Inaugural Committee (@BidenInaugural) January 20, 2021
Thank you @LadyGaga for that wonderful performance! #InaugurationDay pic.twitter.com/mk4qMIrnmu